Que el mundo no es un lugar justo no creo que sea, a estas alturas de la película, noticia. Que sea un lugar seguro, con todas mis dudas. Hoy, un poquito de injusticia, un gramo de inseguridad y altas dosis de sensacionalismo han dado como resultado la revocación de la licencia y por ende el cierre indefinido, del icono clubbing de la capital del Reino Unido: Fabric.
El catalizador de esta revocación no ha sido otro que la muerte en Agosto, de 2 jóvenes ingleses por un supuesto consumo exagerado de MDMA, y pon en negrita, por favor, el supuesto ya que aun no he encontrado datos lo suficientemente sólidos como para asegurar que efectivamente la MDMA fuera el causante directo de dicha desgracia. Obviémoslo si así lo deseáis, y metamos en el mismo saco de causas de muerte por MDMA, la posible deshidratación o, el consumo de una sustancia que no fuera MDMA en realidad, el echo concreto es que esos jóvenes se tomaron esa noche 3 pastillas de vete a saber que.
La mala suerte para Fabric es que esos dos chicos hubieran ido esa noche a ese lugar, porque el primer argumento, el primer pataleo siempre es el «y tu más», no menos cierto por muy utilizado, y es que si, consumo de drogas en una ciudad como Londres tendremos en prácticamente un 90% del espectro de la vida nocturna, pero démosle a la mala suerte el mérito de esta polémica. O no.
Porque se me presenta aventurado el culpabilizar a una sala como Fabric de los comportamientos que tengan cada uno de sus 2.500 clientes, imagínate que esos 2 jóvenes se hubieran tomado esas 3 pastillas en el metro dirigiéndose a la fiesta, ¿Cerramos Fabric entonces? O justo esos 2 jóvenes hubieran podido salir de allí inconscientes después de beberse 7 litros de cerveza, deporte nacional en las islas. ¿Que cerramos en ese caso? O tal vez la solución sea la menos fácil.
Cualquiera que hubiera asistido a una velada en el no consideraría, como si hizo la policía de Londres en su informe oficial, como un lugar tolerante con las drogas. Exhaustivos registros en la entrada, y expulsiones a cualquiera que estuviera consumiendo en cualquier punto de la sala. Igualito que en cualquier club de los que visitamos finde tras finde.
Los que hoy y ayer, se llevaban las manos a la cabeza con la muerte de estos dos jóvenes, y que, casualidades de la vida, son los mismos que se llevan las manos a la cabeza ante cualquier problema de esta índole en esa clase de eventos, no parece que tengan tanto en cuenta las miles de muertes relacionadas directamente por drogas legales como son el alcohol, tabaco y alguna más, los accidentes de tráfico y un largo etcetera. La misma historia de siempre, mismos protagonistas, mismos culpables y mismas soluciones. No sería ni la primera vez ni la última vez que un evento se suspende o cierra por motivos relacionados con las drogas, y curiosamente, los números nos hacen ver que la política prohibicionista está agotada, no tiene efecto. Se debe de apostar firmemente por otro tipo de acciones, como por ejemplo la prevención de riesgos, labor que asociaciones como Energy Control o Ai Laket llevan trabajando en ese sentido muchos, muchisimos años aquí en España con un resultado muy positivo.
Para Fabric, el mayor de los apoyos, esperando que, esto solo quede en un susto, en una anécdota de la que reírnos dentro de muchos años. Solo esperemos que, casualidades de la vida, a ningún magnate inmobiliario se le haya ocurrido edificar en los terrenos donde se ubica una de las grandes discotecas europeas y mundiales. Oh sorpresa!
#savefabric