Como cada año, la resaca que deja el Ultra Music Festival de Miami va muchisimo más allá de los escenarios espectaculares y las rubiazas de plastico que aparecen sin parar en las emisiones online. Hablamos por supuesto de los tan consabidos playbacks. No solo playbacks, podríamos llamarlos chapuzas ya que sabiendo que todos los ojos observando, tal vez dejarte todo el equipo apagado no sea buena opción y si no que se lo digan a Hardwell o a Krewella, que son ni más ni menos, los pillados de esta edición.
¿De verdad queremos esto? Va más allá de la musica, ¿Queremos esto seguro? ¿Queremos mostrar que todo vale por dinero? ¿Que el dinero puede comprarlo todo, incluso la integridad artistica? Este es el ejemplo que estamos dando, que la musica ya no es musica, ni siquiera un circo: Es ficción pura y dura. Ya ni siquiera se sonroja nadie, a nadie le sorprende, a nadie le indigna que un señor salga delante de decenas de miles de personas y no solo lleve todo grabado sino que finja, engañe y estafe al publico.
Hay que empezar a darse cuenta de que esto trasciende más allá del mero hecho de que un Dj no realice su trabajo correctamente, es una persona que ha cobrado un dinero, un dineral por fingir. ¿Esto son los valores que queremos para la sociedad? El mensaje transmitido es mediocridad, de insulto para los que cada día se dejan la vida y ahorros en conseguir lanzar al mercado un trabajo de calidad.
Te lo diré claramente: NO, no queremos actores en la musica. Nos gusta más el esfuerzo, el buen hacer, la personalidad y la constancia y sobre todo que no nos engañen.