Es lo que suele pasar cuando ni te acuerdas de la hora del concierto, bajas a una sala de conciertos cercana al río y el frio te traspasa el cuerpo. La sala a esas horas permanece vacía y desangelada, las barras a medio gas, como siempre en estos casos, por el desorbitado precio de las cosumiciones. Las dudas sobre el eterno nuevo sonido de la Riviera siempre en el aire y la curiosidad por ver quien se había atrevido a pagar los casi 40€ de religiosa entrada y a desafiar el frio Martes.
A medida que llegan las 21:30 y con rumores de ya amplias colas en la entrada (En Madrid se llega tarde a los sitios y punto) la sala va cogiendo color. Una mezcla de veteranos de guerra, parejas, jovenes clubbers avidos de historia y amantes del jazz se entremezclaban para ver como Ludovic Navarre y su banda comenzaban el espectaculo a base de improvisación para ir trazando una linea clara y marcada: Venimos con ganas de dejar un buen sabor de boca, suena Real Blues.
La noche y el ambiente aun frio del respetable incitaban a descargar la adrenalina antes de tiempo y aunque servidor es más de los conciertos en progresión, si que es cierto que Rose Rouge con unos 4 minutos aproximadamente de pura improvisación entra de vicio y saca los primeros gritos y bailes de un publico que cada vez se siente más comodo.
Bien, Ludovic y sus virtuosos tienen ganada la atención de, como minimo, el que suscribe (Que para eso se empieza fuerte) y a partir de aqui comienza a desgranar su nuevo album, intercalando excelentes improvisacion por parte de guitarristas vientos o teclados. Puro despliegue y derroche que alcanza el extasis con la interpretación de So Flute y un espectacular solo de percusión para dar paso al primer bis y poner al público en un claro estado de alarma; y mira que comentábamos que se echaba en falta cierta conexión, pero el primer bis se pidió con insistencia.
Y de aqui al delirio, obligando al desparrame y al baile desenfrenado con Sitting Here, una de las perlas del ultimo album y de bases más cercanas a la nueva escena surafricana de artistas como Culoe de Song. Todo en ese escenario recordaba a Africa: Instrumentos e interpretes, Mali, Brasil, Francia… maridaban en escena y fluian camino de una sorpresiva segunda interpretación de Real Blues con el publico ya entregado (Que diferencia con la primera vez).
Todo para que el publico desatado entonara el «Otra otra» y la vida nos regalará la interpretación en directo de Sure Thing, el tema más esperado de la noche y que hizo que fue el encargado de poner el broche de oro a un directo que seguramente valió su precio, en oro, y que se dejó la matricula de honor en el camino al no incluir vocalistas en el show. ¡Cuanto empaque le habrían dado a la historia! Bueno, eso y que la sala de los eternos refuerzos de sonido, sigue sin estar fina del todo para musicas que requieren finura y no musculo. ¡Esperamos escucharte pronto Ludovic!